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31 marzo 2011

Cerrar Almaráz... y todas las demás


Concentración del pasado domingo, a las puertas de la central nuclear de Almaráz
Plan de transición hacia un uso de la energía justo y sostenible
(Ecologistas en Acción)

Es imprescindible un importante y rápido recorte del consumo de energía y de emisiones de gases de efecto invernadero.

Con esta propuesta, se podría prescindir del carbón, fuel y nucleares en 2020, para la producción de electricidad.

Es necesaria una potencia instalada de 24.000 Mw renovables, en grandes instalaciones, además de los que ya hay. Es decir, instalar 2.400Mw anuales hasta 2020.

En 2020 el 72% de la electricidad se produciría con renovables.

Para una cobertura 100% por renovables, es imprescindible encontrar formas de almacenamiento de la energía que permitan aprovechar su intermitencia.

Es necesario un nuevo marco legislativo del sector eléctrico.

Las emisiones del sector eléctrico, según esta propuesta, serían de 19,5 millones de toneladas de CO2, tomando una media de 350 g/kWh en las instalaciones de ciclo combinado y cogeneración. Es decir una reducción del 73% con respecto a 2009 (año en el que se emitieron 72,2 Mt de CO2 en el sector eléctrico).

23 marzo 2011

Plan General de Ordenación Urbana (P.G.O.U.) PARTICIPACIÓN CIUDADANA, ¿DÓNDE?, ¿CUÁNDO?, ¿POR QUÉ?


El futuro Plan General de Ordenación Urbana de Orellana (P.G.O.U.), definirá los criterios urbanísticos por los que se regirá todo el municipio de Orellana: características, estilos y limitaciones constructivas, trazados viales, espacios reservados a zonas verdes y parques… En definitiva, será una foto con perspectiva al futuro, en la que todos los ciudadanos deberíamos tener el derecho a participar, aportando cada uno nuestra pincelada; y así, dibujar entre todos el pueblo en el que queremos que se convierta Orellana.

Ya desde hace largo tiempo, y aprovechando alguna reunión, miembros de esta Asociación manifestaron a nuestros gobernantes la importancia de hacer participativa la redacción del P.G.O.U., no limitándola solamente a los sectores interesados “económicamente”, sino abierta a todas las asociaciones, partidos, grupos y personas particulares interesadas en aportar sus ideas, ya que son éstas el sector mayoritario que va a vivir y disfrutar del pueblo que construyamos. Incluso en un escrito dirigido al Ayuntamiento en el mes de agosto, lo dejamos reflejado: “…En este sentido, y como ya se lo trasladamos al Sr. Alcalde, urgimos a que la redacción del mismo esté abierta a todos los sectores, asociaciones y personas interesadas, de forma que se pueda debatir de forma abierta y con el tiempo necesario, y no publicándolo en un tablón de anuncios con un periodo de alegaciones definido.”

Es ahora, recientemente, y a través de una pregunta que formuló el portavoz de la oposición, cuando hemos tenido conocimiento de que el P.G.O.U. se encuentra “REDACTADO”, pendiente de ser visto por los servicios técnicos municipales y presentado a la corporación, que lo aprobará u ordenará modificaciones, según reza la respuesta.

Esto es lo que podemos dar en llamar “empezar la casa por el tejado”, encargar la redacción del P.G.O.U. a una empresa (equipo redactor) sin marcarle unas líneas maestras, que debieran ser fruto del consenso y la participación ciudadana, con sus sugerencias y aportaciones. ¿Nos imaginamos que encargamos a un arquitecto el diseño de nuestra casa, sin decirle cómo la queremos?

¿Qué líneas de actuación se han marcado al equipo redactor?, ¿el equipo redactor se ha acercado al ciudadano ó a sus asociaciones para preguntar previamente sobre lo que opinan del entorno donde viven o si este u otro equipamiento son los adecuados o suficientes? Creemos que NO. Aquí es donde se quiebra la participación ciudadana, ya que su recorrido es de cortísimo alcance, y queda claro que es concebida como un mero florero para ser sustituida por lo que formalmente se llama “tiempo de exposición pública”, instrumento inútil cuando de lo que se adolece es de la base: la participación.


¿CÓMO DEBERÍA PLANTEARSE EL P.G.O.U.?

-         Consulta del equipo redactor a los sectores, asociaciones y personas de los distintos barrios de la localidad. Seguidamente, presentación pública general de dichas aportaciones y sugerencias populares, pasando al estudio y discusión consiguiente, con la participación activa del equipo técnico municipal.

-         Presentación de la Propuesta-Avance del P.G.O.U. con todas las aportaciones realizadas tanto por los ciudadanos y asociaciones en general como por los interesados de los diferentes sectores económico-sociales.


-         Redacción de la propuesta final del Avance del P.G.O.U., PROPUESTA DE CONSENSO ENTRE TODOS LOS IMPLICADOS, con exposición pública y período de alegaciones.


Si de democracia participativa hablamos, esto es lo que proponemos desde el grupo ecologista Retama, “que el pueblo sea quien decida algo tan importante que va a marcar el devenir de nuestro municipio en los próximos 20 o 30 años”; llamando la atención sobre la política urbanística y la carestía de metodología de participación democrática a quien tiene entre sus manos la tarea de gobierno.

Nosotros queremos participar, y defender el derecho a vivir en un entorno rural atractivo, saludable y sostenible.

Dibujemos entre todos el pueblo que queremos, exijamos nuestro derecho a participar.

18 marzo 2011

La energía nuclear ante Fukushima

Florent Marcellesi, coportavoz de la Coordinadora Verde.

El debate parecía zanjado, el contrincante noqueado. Tras la polémica decisión de prorrogar la vida de Garoña hasta el año 2013 y la eliminación en la Ley de Economía sostenible de la referencia al cierre de las centrales nucleares a sus 40 años de vida, el péndulo oscilaba irresistiblemente hacia una aceptación cada vez mayor de un mix energético con nuclear incluida. La tendencia a nivel europeo y mundial era semejante: hasta Obama se proponía triplicar a principios de 2010 el presupuesto para construir nuevas centrales nucleares, las primeras en treinta años en Estados Unidos. Añadía que iban a ser «limpias y seguras», retomando uno de los argumentos más machacados por el lobby nuclear: la energía nuclear es una respuesta al cambio climático.

Sin embargo, tras la tragedia sísmica de Japón y sus consecuencias nucleares -500.000 personas evacuadas, perímetro de seguridad de 30 kilómetros en torno a la central afectada, contaminación radiactiva en Tokio y a merced de los vientos- el péndulo ha vuelto a oscilar de la noche a la mañana. Incluso la muy conservadora Agencia de Seguridad Nuclear francesa estima que las consecuencias del accidente de la central de Fukushima han superado las de Three Mile Island (EE UU), que hasta el momento era el accidente más grave después de Chernóbil. Ante tal suceso, Alemania ha anunciado la suspensión, durante un plazo de tres meses, de la reciente ley que permitía la prórroga de las centrales nucleares del país, lo que abre de nuevo la puerta al calendario de cierre de centrales acordado por el anterior gobierno roji-verde. Mientras tanto en Suiza, las autoridades han decidido suspender las licencias para la construcción de tres centrales nucleares para revisar las normas de seguridad.

Pero ¿qué nos enseña exactamente lo ocurrido en Japón? Primero, que por mucho que se extremen las medidas de seguridad, la energía nuclear no es ni será nunca una fuente energética totalmente segura. Mientras podíamos querer ver Chernóbil como el resultado de negligencias humanas en un bloque soviético a la deriva, Japón es el símbolo de la disciplina y de la tecnología más puntera donde incluso las centrales estaban diseñadas para aguantar terremotos de hasta un 7,5 en la escala de Richter. Como lo explica Claudia Roth, portavoz de Los Verdes alemanes, la «energía nuclear es ingobernable». Necesita un alto nivel centralizado de seguridad -así como una situación geopolítica estable y pacífica- que ningún Estado puede asegurar. No somos dioses, ni en Japón, ni en España, ni en ninguna parte, y este ‘a priori imposible’ accidente demuestra una vez más que siempre habrá situaciones que no puedan ser controladas, venga de donde venga la amenaza: de la mano de desastres naturales (recordemos que la central nuclear de Cofrentes en Valencia se encuentra sobre una falla y en la zona sísmica del Levante), simples errores humanos o ataques externos.

Por otro lado, nos recuerda también que alargar la vida de las nucleares es una irresponsabilidad. La central nuclear de Garoña, en Burgos, inaugurada en 1971 e inicialmente diseñada para una vida útil de 25 años, va a cumplir este año 40 de funcionamiento. Su envejecimiento provoca fallos importantes y recurrentes (corrosión, agrietamiento), lo cual merma su seguridad básica por ejemplo ante situaciones de emergencia. De hecho, nos viene a la mente en estos momentos este paralelo que hacía la propia Nuclenor, propietaria de Garoña, hace apeñas un año: «Fukushima tiene el mismo diseño que Garoña e incluso se puso en funcionamiento en el mismo mes y año, por lo que se la considera una planta hermana». Alargar la vida de las centrales nucleares es un riesgo inútil para la salud de la población y de los ecosistemas y, desde un punto de vista de la seguridad ciudadana y de la salud ambiental, sigue resultando incomprensible el incumplimiento de las promesas electorales del PSOE en este ámbito.

Dicho esto, me gustaría añadir cuatro comentarios más sobre los mitos vinculados a la energía nuclear: 1. Seguimos sin tener ninguna solución real a la gestión de los residuos radiactivos. 2. La energía nuclear crea una fuerte dependencia con el exterior ya que el uranio, cuyas reservas son finitas, se compra a países fuera de Europa y cuya inestabilidad política no asegura un suministro seguro (el Chad, por ejemplo). 3. No es una alternativa contra el cambio climático: si se tiene en cuenta el ciclo de vida global de la energía nuclear (extracción del uranio, suministro a Europa, construcción y desmantelamiento de las centrales, gestión de los residuos…), ésta produce más CO2 que las energías renovables. 4. Los puestos de trabajo por unidades energéticas están por debajo de las creadas por las energías renovables.

Ante este panorama global donde la energía nuclear suma demasiadas desventajas, es necesario abogar por un calendario de cierre de las nucleares que no puede superar los 20 años. Recordemos que, según el informe ‘Cambio Global España 2020/50. Energía, economía y sociedad’ de la Universidad Complutense de Madrid, se podría prescindir totalmente de la energía nuclear sin afectar a la seguridad de suministro de energía eléctrica en un tiempo razonable. Por ello, apostemos por un plan ambicioso de reducción del consumo energético, una fuerte inversión en energías renovables y eficiencia energética, así como por el desarrollo de una red distribuida y descentralizada de producción energética donde consumamos lo que producimos localmente. Iniciemos al mismo tiempo un diálogo sincero con los sindicatos para promover una transición justa para los trabajadores que hoy están en el sector nuclear hacia otras actividades donde empleo y ecología vayan de la mano. Todas estas medidas no solo serán buenas para la salud humana y la biosfera sino también para nuestra economía y para el conjunto de la sociedad hoy y mañana. El péndulo no tiene porque oscilar otra vez, es una cuestión de voluntad social y política.

16 marzo 2011

Nucleares: un riesgo inasumible

 Concentración en Mérida, Jueves 17 a las 19:00 h en la plaza del Ayuntamiento.


Seguramente, a los japoneses siempre se les dijo que un accidente como el de Chernobil nunca seria posible en su país, lo mismo que ahora dice Eric Besson, el ministro francés de Industria "Todas las plantas de energía nuclear de Francia fueron diseñadas contemplando los riesgos sísmicos y los riesgos de inundación".

Un terremoto, un atentado terrorista, un fallo humano, un desgaste de material, ... da igual, exactamente igual, ninguna sociedad debería asumir dicho riesgo, el ser humano no puede asumir un riesgo cuyas consecuencias le superan. Y los políticos y medios de comunicación, que ahora en Extremadura y en España forman el poderoso lobby nuclear, no pueden, y nadie puede, asegurarnos durante 10, 100 o 1000 años que las instalaciones nucleares y los residuos que ahora producen no vayan a ocasionar un desastre nuclear como el producido en Chernóbil, o el que estuvo a punto de ocurrir en Vandellós I, cuyos residuos se encuentran en Francia después de cerrarse la central, o el accidente en 1970 de un reactor de la Junta de Energía Nuclear, antiguo centro de investigación nuclear, que después se convirtió en el Ciemat, cuyos residuos se guardan en bidones, sin vigilancia, ni control, en la antigua mina de la Haba (Badajoz).

En época de crisis, o en cualquier época, parece ser que cualquier decisión tiene que pasar por el tamiz de la economía, y ahí es donde más y mejor miente el lobby nuclear, a sabiendas de que la mayoría de los ciudadanos anteponen el bienestar inmediato a un riesgo difuso. Pues bien, nosotros, los ciudadanos, a través de los impuestos subvencionamos la energía nuclear y lo seguiremos haciendo durante 10, 100 o 1000 años. Es así, como la industria nuclear se ha convertido en el más claro ejemplo de externalización de los costes, que implica cargar parte de éstos a la sociedad, como seguridad, responsabilidad civil, gestión de los residuos y el desmantelamiento de las viejas centrales. Así, privatizando los beneficios y socializando las pérdidas, cualquiera SE APUNTA, como diría aquel.

La razón, los hechos y el tiempo juega en contra de los intereses nucleares, y su peligro y los grandes costes ambientales y económicos que implica su utilización deben hacer cumplir al Gobierno su compromiso electoral de un calendario de cierre de los ocho reactores nucleares existentes, lejos, muy lejos, de los intereses de las compañías energéticas y de algunos líderes políticos y sindicales que hoy forman parte del lobby nuclear.

Hoy más que nunca la nuclear no es la solución; su energía es cara, contaminante y muy peligrosa, y no hay compañía de seguros, ni político en la Tierra que pueda asegurar los daños medioambientales y humanos de un posible accidente nuclear.

Francisco Folguera. Coportavoz de Ecolo-Verdes de Extremadura

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Domingo 27 de marzo a las 12 hrs,concentración a las puertas de Almaráz

Retama se suma a la concentración convocada para el domingo 27 a las puertas de Almaráz. La coincidencia hace que, este acto que estaba programado con anterioridad al incidente de Fukushima, tenga una mayor relevancia y significado.

Texto inicial de la convocatoria:
El domingo 27 de marzo a las 12 horas, Concentración en las puertas de Almaraz para protestar por el alargamiento de la vida de las centrales nucleares y recordar el accidente de Harriburg.

Convocamos por el momento: ADENEX, Ecologistas en Acción, Plataforma Antinuclear Cerrar Almaraz, Plataforma Cementerio Nuclear NO en Extremadura, CNT, CGT, Izquierda Unida y esperamos que os sigais sumando. OS ESPERAMOS  
 
Accidente de Three Mile Island (Harrisburg 1979)
La Unidad 2 de la nuclear de Three Mile Island (Isla de las Tres Millas), cerca de Harrisburg, sufrió el 28 de marzo de 1979 el accidente más grave de la historia nuclear de los EE UU, y el segundo más grave de la historia de la industria nuclear.

La Unidad 2 de la central nuclear de la Isla de las Tres Millas, situada a 16 km de la ciudad de Harrisburg (Pennsilvania), que tenía una población de unos 70.000 habitantes, sufrió un severo accidente el 28 de marzo de 1979. Una pequeña fuga en el generador de vapor desencadenó el accidente más grave de la historia nuclear de los EE UU, y el segundo más grave de la historia de la energía nuclear. Las causas hay que atribuirlas al diseño de aquella planta que la convertía en tremendamente insegura.

La pérdida de refrigerante ocasionó un aumento de la temperatura del núcleo que, finalmente acabó por fundirse dando lugar al esparcimiento de material radiactivo en la contención y a la formación de una peligrosa burbuja de hidrógeno que amenazó con provocar una explosión que hubiera lanzado al medio toneladas de material radiactivo. Para evitar esta explosión se optó por liberar una cantidad indeterminada de gas radiactivo, que afectó a la población de las ciudades circundantes.

Las consecuencias del accidente sobre la salud de la población están todavía sometidas a controversia, puesto que resulta muy difícil evaluar las dosis radiactivas a que fueron expuestos los afectados. Las acciones de emergencia que se pusieron en práctica fueron claramente insuficientes y consistieron en la evacuación de las mujeres embarazadas y de los niños en un radio de 8 millas en torno a la central, dos días después de accidente. Se han detectado aumentos de malformaciones congénitas, de cánceres y de enfermedades psicológicas debidas al estrés sufrido por la población.

El accidente de Harrisburg supuso el principio de la decadencia de la energía nuclear en el mundo. Por un lado aquel accidente demostró que las centrales nucleares eran inseguras, lo cual hizo aumentar la oposición y, por otro lado, los costes de las medidas de seguridad tomadas a partir del accidente han encarecido notablemente las centrales, lo cual las convierte en poco competitivas frente a otras fuentes de energía.

Por desgracia las enseñanzas de accidente de Harrisburg no fueron suficientes para evitar el accidente nuclear de Chernobil en 1986, el más terrorífico de los acaecidos hasta el momento.



04 marzo 2011

Hemeroteca del Grupo Sociocultural Retama



A penas habían avanzado en el calendario los primeros días del año de 1993, cuando en una de aquellas frías noches de invierno, un grupo que a  penas alcanzaba las ocho personas, nos reunimos con el propósito de editar una revista local, algunos ni siquiera nos conocíamos.
En el encuentro se sintió la necesidad de un medio de comunicación popular que denunciase la realidad social de la Orellana de aquellos días. En la reunión se avanzó más allá, acordando el constituirnos como asociación, y se elaboró un listado de posibles temáticas y apartados, estableciéndose también la periodicidad de la publicación. Uno de los momentos más anecdóticos fue el de la búsqueda de un nombre para la publicación, una decía “La Gaceta de Orellana”, y todos gesticulábamos con caras raras; el otro “El Periódico de Orellana”, pero tampoco; y así con un sinfín de nombres, hasta que una voz por el fondo pronunció la palabra “Retama”, y nos gustó su nombre.
El diseño de las letras, que todavía hoy colgamos con orgullo en nuestra cabecera, se las debemos al difunto “Porti”, persona íntegra y consecuente con sus pensamientos como pocos.
Las ganas fueron nuestra principal herramienta de trabajo, pues el balance de cuentas nunca dio para mucho. Una máquina de escribir, una cámara fotográfica, una grabadora, y una singular máquina de grapar de invención propia, fabricada con un tablero de madera que nos dio Emiliano y unos listones de aluminio que facilitó Juan Antonio “el Campanario”.
Fueron seis años en la calle con periodicidad dispar de publicación, desde un mes a varios meses. Entre ellos se desarrolló de forma paralela una considerable actividad social y ambiental. Y en los momentos de madurez, la cifra de aquellas ocho primeras personas se había incrementado hasta las veinte.
Desde el Grupo Ecologista Retama, hemos querido recordar aquellos momentos, y como germen que somos de aquella primera iniciativa, hemos elaborado una hemeroteca digital, con la que acceder a un pedacito de la historia de Orellana, redactada desde el punto de vista del Grupo Sociocultural Retama y de los muchos vecinos que de una u otra manera colaboraron.
Se paciente con las descargas, pues la digitalización con un mínimo de calidad y el elevado número de páginas hacen que los archivos sean relativamente pesados.